¿A qué edad pueden tener los niños su propia tablet? Yo tengo hasta que decir que mi hija ya la tenía con 3 y desde el año jugaba con la mía sin problemas.
También tiene cuentos, disfraces, canicas, puzzles, piceles, jumping clay, superheroes, tortugas ninja, dinosaurios y princesas.
Nos sorprendemos muchísimo de la capacidad que tienen nuestros hijos desde muy pequeños (mi hija ya encendía y desbloqueaba el iPad con menos de 6 meses) a usar nuestros teléfonos, pasar fotos del carrete digital o ponerse vídeos ellos solos. Pero lo más valioso que les podéis enseñar es que aprendan a apagarlos y guardarlos.
Ahora también deciros que no todas las criaturas son iguales, ni su cerebro lo es, ni su capacidad para reaccionar a estímulos o su facilidad para prestar atención. Incluso hay genes que nos predisponen a que los acaparadores de atención nos atraigan más fácilmente o menos. No hay una regla que vaya a funcionar, ni tan solo con hermanos en la misma familia, pautas de uso, horas al día o normas de uso que podamos generalizar para todos los niños y niñas.
Os voy a explicar primero de una forma muy simplificada sobre los dos tipos de atención que tienen nuestras criaturas. La atención voluntaria y la involuntaria. Ambas trabajan a la vez, pero siempre hay una que domina sobre la otra.La atención involuntaria o capturada no requiere esfuerzo por su parte, es producida por un estímulo externo, al contrario que la atención voluntaria o elegida que requiere concentración y control.
Las aplicaciones, vídeos y juegos están hechos para captar la atención del niño de una forma que ellos no tengan que esforzarse, reciben estímulos y recompensas inmediatas por acciones que les mantienen queriendo más continuamente.
La atención voluntaria implica concentrarse intencionadamente, esfuerzo y voluntad.
Es muy importante y esencial que aprendan autocontrol, a controlar esa atención, y a salir de la atención involuntaria. Ese control de la impulsividad y aplazamiento de la gratificación es una potente herramienta que les servirá toda su vida en innumerables situaciones.
Eso no quita que el iPad o los videojuegos tengan también una parte voluntaria, mucho más que la televisión por ejemplo en la que se sienta enfrente pasivamente. Ya que con los videojuegos habrá momentos que tendrán que tomar decisiones, crear o elegir dónde gastar los atributos de un personaje. Pero es una atención voluntaria que requiere menos esfuerzo y que está condicionada por la necesidad de recibir estímulos.
Os recomiendo muchísimo un libro que se llama “Educar en la era de la dispersión digital” para profundizar más sobre este tema.
“La fortaleza de la atención voluntaria de nuestro hijo determina su éxito futuro. La necesidad ya ahora para controlar el uso que hace de la tecnología. Los acaparadores de la atención – los dispositivos digitales que emplean un alto nivel de estimulación para captar la atención de vuestro hijo- pueden ser amigos o enemigos. Para un niño capaz de utilizarlos provechosamente y apagarlos a su debido tiempo, son amigos. Para un niño incapaz de ello, son enemigos.”
Si en mi casa nuestra hija tiene un iPad en sus cajones de juegos es precisamente porque sabe tanto cogerlo como dejarlo.
Claro que los dispositivos tecnológicos tienen un riesgo en la infancia, si se hace un mal uso, como todo, y les llevan a no ser capaces de desarrollar la capacidad de atención voluntaria, a necesitar siempre inmediatez de resultados, a no saber esperar, porque lo que su cerebro conoce es que se da a un botón y tienen una recompensa inmediata en forma de estímulo gratificante.
Es cierto que hay días que tiene ganas de más y se tiraría la tarde entera ¡pero yo también hay noches que me he tragado capítulos y capítulos seguidos de una serie sin poder hacer más! Hay que explicar también que nuestra atención voluntaria se cansa a lo largo del día y la suya tras las horas de cole, tal vez el día que tiene extraescolar o que hemos estado haciendo manualidades o leyendo cuentos al llegar porque no hacía día de parque, también está cansada, y le cuesta más hacer tareas que requieran concentración ya que su cerebro tendrá mucha más disposición a quedarse engachado a estímulos externos que no requieran de hacer más esfuerzos por su parte.
También hay que tener en cuenta cuantos años tienen las criaturas, las recomendaciones por edad de los videojuegos (os recomiendo un post genial dónde Cata lo explica muy bien cuando su hijo mayor le pide que les compre el Call of Duty) y explicarles claramente los riesgos y lo que implica estar conectado a Internet, enviar información, o exponer datos personales.
Nunca es pronto para hablar de eso, y usar las herramientas que están a nuestro alcance, como aplicaciones de control parental en el ordenador, y sobretodo acompañarles en el uso de la tecnología.
Así que a la pregunta de: A qué edad pueden tener los niños su propia tablet? Os diré que no hay respuesta, que tenéis que conocer a vuestros hijos y enseñarles a usar esa atención voluntaria y no dejarse absorber para que la experiencia sea positiva. Algunas criaturas necesitarán pautas horarias, otras directrices básicas, pero si les enseñáis a gestionarlo positivamente y educáis su atención, les estaréis ofreciendo potentes herramientas para su futuro.
Mi recomendación sería sobre todo:
- Usar los iPads, moviles y consolas como una oportunidad para que el niño aprenda a controlar la atención involuntaria y a gestionarse el tiempo.
- Siempre proporcionar contenidos supervisados y apropiados a la edad
- Acompañarlos desde pequeños en el uso de juegos y aplicaciones
- No usarlo para calmar, distraer, o únicamente como premio
- Dar ejemplo y no estar nosotras todo el día con el móvil delante de ellos
¿A qué edad usaron vuestros hijos tabletas, móviles o consolas por primera vez? ¿Les dejáis vuestro iPad?