¿Puede mi bebé aprender francés, catalán o ingles aunque yo no lo hable? Una de las cosas que siempre queremos enseñar a nuestros hijos son los idiomas. En España, para los que nacimos en los 70-80 el inglés era una cosa optativa, o de una hora a la semana, que podías aprender si te apuntaban a una academia, pero que se trataba más de memorizar tiempos verbales o de saber decir Hi I’ Muzzy que de realmente aprender un idioma.
Quizá por eso nuestra generación, la mayoría con un mal nivel de inglés si no se ha hecho un esfuerzo por aprenderlo de adultas o hemos tenido una gran inmersión lingüística, nos obsesiona un poco que nuestras criaturas sean buenos con los idiomas desde pequeños. Llevarlos a escuelas bilingües o trilingües es una opción, pero sea como sea en el futuro en su escolarización hay varias cosas que podemos hacer de pequeños y que van a ayudarles enormemente en sus capacidades futuras para aprender.
Los sonidos y el vocabulario
Juntando todos los idiomas del mundo tenemos más de 800 sonidos diferentes, y cada lengua puede usar unos 40 como media.
La capacidad del cerebro de los bebés hasta los 5 meses y su platicidad les hacen poder distinguir entre varios idiomas y sus sonidos y apartir de esta edad, todo y que aumenta su capacidad de aprender palabras nuevas, disminuye progresivamente la de integrar nuevos fonemas.
Albert Costa, en su libro el cerebro bilingüe dice. “Esto supone que te haces muy bueno para identificar los sonidos a los que estás expuesto y malo para hacerlo con los que no estás expuesto, lo que se conoce como estrechamiento conceptual. Por ejemplo, si un niño chino no está expuesto a la “R” ni a la “L”, no percibe las propiedades exclusivas de estas letras, no las distingue ni diferencia, ni a sus sonidos, ni a las lenguas a las que pertenecen, por lo que al reproducirlas comete errores de pronunciación”
Opciones para trabajar los idiomas en casa
Si los padres, o cuidadores de las criaturas sabéis más de un idioma es bueno irles exponiendo a él desde que nacen, con canciones, o juegos.
Por ejemplo TiVi5Monde+, que recientemente han estado en Mi Primer Festival de Cine con talleres de doblaje, dibujo o maquillaje, en un espacio lúdico, didáctico y creativo, ofrece un montón de programación infantil en sus plataformas digitales, así como una multitud de ejercicios de comprensión gratuitos en su web: apprendre.tv5monde.com ordenados por temáticas y niveles, para que tanto grandes o pequeños podamos jugar juntos mientras aprendemos nuevos idiomas o exponemos a ellos a los más pequeños de la casa.
Realizar juegos sencillos en casa, leer cuentos en inglés con mucha sonoridad como los del Dr. Seuss, de vocabulario sencillo y con ilustraciones preciosas, o apps para aprender idiomas para niños.
Trabajar los idiomas también fuera de casa
Buscar grupos de intercambio de idiomas en tu ciudad, que suelen ser gratuitos, a los que acudir con los peques, o extraescolares y talleres en los que puedan interactuar con personas en otros idiomas es fundamental para el aprendizaje.
¿Tardan más en aprender a hablar si les enseñamos varios idiomas?
Una creencia muy extendida pero que se ha ido demostrando como falsa por los expertos, es cierto que el tener varios idiomas en la cabeza puede hacer que las criaturas (o adultos) tengan más ese sentimiento de «tener una palabra en la punta de la lengua» porque podríamos decir, simplificando mucho, que el cerebro tiene que buscar las palabras entre los diferentes idiomas que conoce antes de sacarla, y que el bilingüismo total tiene un proceso en el que pasarán por tener preferencia o facilidad por uno de los idiomas primero.
Nuestra capacidad de aprendizaje y la adaptación de nuestro cerebro es asombrosa. Aunque sí hay recomendaciones que pueden ayudar a facilitar ese aprendizaje; como que en una familia multilingue cada padre/madre usa siempre la misma lengua o que se empiece en la exposición a los idiomas lo más tempranamente posible.
Se ha observado que la actitud de una criatura que sabe varios idiomas frente al aprender uno más es más positiva ya que lo logran más fácilmente y sobretodo siempre hacerlo desde una visión lúdica y divertida y en un ambiente agradable sin que se convierta en una obligación.